Capítulo 19: Nuestra respuesta a la Justicia de Dios
Capítulo 19: Nuestra respuesta a la Justicia de Dios
Cómo podemos nosotros vivir en concordancia con esa justiciar?
En este capítulo se nos enseñan 4 estilos de vida por medio de los cuales podemos reflejar la justicia de Dios..
- Vivir justamente ante Dios (Procurar siempre el bien)
- Vivir con gran confianza en Dios (Fe)
- Vivir una vida de adoración a Dios (Rendición)
- Proclamar a otros la justicia de Dios (Reflejar a Jesús)
Vivir justamente ante Dios.
Dios siempre es justo porque es perfecto, pero nosotros tenemos características innatas o aprendidas que nos hacen tener sentimientos y comportamientos que son en contra de la justicia, por ejemplo tener envidia, ser rencorosos, ser egoístas…
Nuestra meta es ser como Jesús Filipenses 3:12 “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.
Pretender ser como Dios es utópico porque El es único, pero lo que Dios nos está diciendo en este versículo es que aprendamos de El y seamos mejor cada día.
Entre mas conocemos a Dios y mas andamos con El, mas nos vamos a parecer porque aprendemos de El.
Un cristiano genuino no está exento de pecar, pero no vivirá todos los días de su vida en pecado y rebelión.
Sin duda el paso mas importante es sabernos sus hijos, ser de los llamados y de los escogidos y reconocer que tenemos un antes y un después.
El deseo de conocerle mas y mas va transformando nuestro carácter a su imagen.
Efesios 4: 22-24
22 “En cuanto a la pasada manera de vivir....Despójense del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, renuevénse en su mente y vístanse del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”.
Esa es la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas a través de la Palabra.
Cuanto más renovamos nuestras mentes en las Escrituras más probabilidades tendremos de despojarnos del viejo hombre con sus hábitos pecaminosos y vestirnos del nuevo que refleja la justicia y la santidad de Dios."
Pero ahora que hemos decidido entregar nuestra voluntad a Dios y hacer a Jesús el Señor de nuestra vida, entonces queremos vivir una vida diferente y queremos comportarnos cono hijos de Dios (despojarse del viejo hombre), ahora debemos vestirnos, cultivarnos y adornarnos con aquellas obras que corresponden con nuestra nueva vida como hijos de Dios.
Este es el segundo paso que debemos dar después de decidir seguir a Jesús.
Es como cuando nos preparamos para una fiesta, que tal si nos bañamos, nos peinamos y maquillamos pero no nos cambiamos el vestido?
El carácter de Dios es ese vestido que nos tenemos que poner, el patrón por el cual debemos vivir ahora; una vida marcada por la justicia y la santidad, que se fundamenta y fluye de nuestro conocimiento y sumisión a la verdad.
Demaciado dificil? R/ Claro que si.
Sin embargo, al ser Dios perfectamente justo podemos confiar y estar seguros que El nunca nos mirará con desprecio ni nos juzgará por nuestras debilidades, sino que se complace en ayudarnos y levantarnos (como cuando un niño aprende a caminar)
Salmo 92: 15: …”Jehová mi fortaleza es recto”. Eso nos tiene que infundir confianza para seguir buscando vivir en justicia., tenemos a nuestro favor el Espíritu de Dios en toda su amplitud: Espíritu de Jehová; Espíritu de Sabiduría de Inteligencia, de Consejo y de Poder, Espíritu de Conocimiento y de Temor de Jehová).
Debemos estar seguros que contamos con su cuidado. Isaías 41: 10 “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”.
Salmo 145: 18-20 “Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras. Cumplirá el deseo de los que le temen; oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará. Jehová guarda a todos los que le aman”
Lucas 18: 7-8 “¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”
Aquí nos muestra Dios la importancia de la fe y la oración constante para apropiarnos de sus promesas. Nunca será en nuestras fuerzas.
Vivir una vida de Adoración
Alegría, Confianza, Protección, Temor de Jehová
Salmos 5:11 “Alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes”.
Salmos 40:16 “Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, y digan siempre los que aman tu salvación: Jehová sea enaltecido; en ti se regocijen los que aman tu nombre”.
Salmos 70:4 “Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, Y digan siempre los que aman tu salvación: Engrandecido sea Dios”.
Apoc 15: 4 “¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán…”.
Proclamar a otros la justicia de Dios
Esto es compartir con otros lo que hemos encontrado mediante la justicia de Dios.
Sal. 40:10 “No encubrí tu justicia dentro de mi corazón; He publicado tu fidelidad y tu salvación; No oculté tu misericordia y tu verdad”.
Salmo 71: 15 “Mi boca publicará tu justicia y tus hechos de salvación todo el día.
Salmo 145: 6 “Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres, y yo publicaré tu grandeza. 7 Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad, y cantarán tu justicia.
Cuando queremos contar a otros lo que Dios ha hecho en nuestra vida, se nos presentan dos grandes verdades.
La primera es que aunque no comprendemos completamente la totalidad de los hechos justos de Dios, esto no debería impedirnos contarles a otros lo que sí sabemos.
La segunda es que debemos hablar más de los hechos justos de Dios que de los nuestros. Como dice el salmista “No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, sino a tu nombre sea la gloria…” (Salmos 115:1)
Jeremías 9: 23-24 “Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”
De esta manera no nos jactamos de nuestra propia justicia ni de las cosas que hemos hecho, sino de la justicia de Dios y sus hechos justos sobre la tierra.
Uno de los grandes propósitos de la Iglesia es anunciar lo que hemos encontrado.
1 Pedro 2:9 “ Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia”.
Esta verdad nos faculta y nos compromete a reflejar el carácter de Cristo en nuestra manera de vivir.
CONCLUSION
Estamos en esta tierra para proclamar a todos los hombres las excelencias de Dios.
Lo hacemos con nuestro testimonio, al compartir su Palabra, y al vivir una vida que demuestre su poder. No se trata tan solo de una obligación sino que también es un gran privilegio.
No vamos a enseñar lo que no sabemos.
Tenemos que experimentar primero su poder en nuestras vidas, cómo nos ha cambiado, cómo nos redarguye y nos enseña, y cómo nos renueva día a día. Por eso debemos llenarnos de la Palabra y del Espíritu Santo para proyectar a otros lo que abunda en nuestro corazón.
Cuando conocemos a alguien que no tiene a Jesús, frases como estas le pueden ayudar:
- “La justicia de Dios se inclina a perdonarte, a amarte y cubrir tus faltas”
- “La justicia de Dios no es como la nuestra, El se deleita en hacerte bien y no en castigarte”
- “A Dios le interesa tu bienestar eterno, no solo el temporal, El quiere que vivas para siempre con El”.
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